jueves, 7 de marzo de 2013

Del mismo árbol

Hola a todos. 
Hace un montón de años, treinta para ser un poco más precisos, treinta y un par de meses, bajo los árboles de níspero de la abuela Celia, en el barrio Bella Vista de Paysandú, craneamos una revistita subterránea. Éramos unos gurises locos, entusiasmados por las páginas inolvidables de la revista Hum(r) (Humor Registrado), que venía del otro lado del río con su carga de talento genial y con su lucha por iluminar tiempos oscuros. La revista de Cascioli, en la que escribía un elenco de maestros increíbles (entre los cuales había más de un uruguayo), nos llenaba de ganas de hacer cosas. Así nació, chiquita, humilde, de escasísimo tiraje, El Níspero. 
Su vida, breve -diez números normales más uno extra en el correr de un año y poco-, fue una experiencia maravillosa para una barra de gurises llenos de entusiasmo y ganas de hacer cosas en tiempos difíciles. Para mí, en paticular, fue una tarea hermosa, que me enseñó que hay cosas que valían bien la pena: Meterse en el universo de la escritura, en la creación de textos que fueran divertidos, que nos identificaran,que dijeran cosas entre líneas. Garabatear dibujos que transmitieran emociones...Y finalmente contar con los otros, con los que llegaron con sus textos y dibujos,  para convertir aquello en lo que fue, un grupo de gente, muy joven, armando una herramienta de comunicación de humilde contextura física pero poderoso en afectos, en vínculos, en lazos. Una frutita de níspero en el árbol que aquellos días florecía.
No sé si alguno de los muchachos o de los vecinos que adquiría la revista conservará alguna. Mi querido Chichí Vidiella me dijo un día que los tenía y los íbamos a fotocopiar, pero el tiempo que quedaba para que nos diéramos otro abrazo se nos escurrió como arena entre los dedos. Yo conservo apenas algunos retazos de algunos ejemplares, que algún día les mostraré.
Éste Níspero probablemente no sea aquel. Aquel era una aventura llena de latidos jóvenes. adrenalina, amores tempranos, cabecitas que querían saber y crecer. Éste viene de andar muchos días de soles y de tormentas. Es un Nípero maduro, observador, quisquilloso, un poco sarcástico, un poco irónico.
Sin embargo hay algo que los une, que los emparenta. Y creo que ese algo tiene que ver con la ternura que todavía se atreve a ganarnos el de la zurda más de una noche como ésta. Creo que tiene que ver con ese brillito en los ojos que nos permite mantener la capacidad de asombro a flor de piel.
Este Níspero, probablemente no sea aquel. pero no tengan dudas: aquél y éste, éste y aquél, son nísperos de un mismo árbol.
Bienvenidos.
Luigi Lemes.




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8 comentarios:

  1. hermoso lo que escribiste...lleno de ternura y me encanta la carita!! Aunque no lo creas recuerdo el árbol perfectamente.Suerte!!Adri

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  2. Si así es el comienzo, pinta linda la cosa. Amo tu increíble capacidad. Su

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  3. Que lindo lo que escribiste. Se siente todo: aromas, frescura arboleada, entusiasmo, alegría juvenil.
    Èxitos y abrazo enorme Luigi

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  4. me encantan los nísperos!!!!!!!! y me encantan los espacios de libre expresión y debate!!!!!!!!!!vamo´arriba!!!!!!!!!!geniaaaaaaaaaallllllllllllllll

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  5. Buenisimo Luigi, creo que me suscribi asi que espero los nros de El Níspero!! Tremendo!!

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  6. Bienvenido, a mi me paso algo similiar con una revista que se llamaba Kaya, donde se publicaron mis primeros dibujos, para después pasar a "la Vaca", Gracias por contar conmigo... saludos y vamos a darle movimiento, te paso mi blog para que, si querés participes del proyecto que llevamos con Lucía... abrazo y arriba!!!

    http://fernandoirecio.blogspot.com/

    Fernando IRecio...

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  7. "observador, quisquilloso, un poco sarcástico, un poco irónico." Que buena fórmula ! Me encanta El Níspero..

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